Considero que el verdadero aprendizaje no se pude medir con simples preguntas y respuestas, entendiendo por aprendizaje, algo mas que un dato memorístico, el aprendizaje es muy abstracto, y es un verdadero reto medir la realidad de este, ¿cómo saber que estructura se desarrollo en el estudiante?. Para poder medir un verdadero aprendizaje, es necesario valorar en que es competente, o que habilidades desarrollo este estudiante.
Como lo hemos estudiado, el aprendizaje lo construye el alumno en su realidad, las unidades cognitivas que él posee permiten interactuar con su entorno, y él es el único responsable de su aprendizaje, unos aprenden lento otros más rápido y mejor. Sin embargo el aprendizaje en toda la extensión de la palabra cuando lo asimila y acomoda el alumno en su estructura cognitiva, él es quien que le da el significado. Entonces es importante replantear nuestra pregunta, ¿se puede observar?, ¿se puede medir?, ¿el aprendizaje?, Sí, el hecho es de que, cuando nos concretamos en nuestra función académica a trabajar con programas curriculares, a partir de ahí analizamos el modelo académico de la institución, su intención, el enfoque, tanto disciplinario como didáctico, temas, subtemas, objetivos, contenidos, la propia evaluación, tanto formativa como sumativa, comprendemos que sí es importante revalorar este concepto y ponerlo en el lugar que le corresponde al articularlo con el desarrollo de las competencias, darle un peso que sea significativo equilibrado con los otros conceptos( como lo menciona Xavier Vargas), articularlos, relacionarlos y darles la jerarquización que se merecen en el contexto educativo, movilizar todo ese conocimiento para interactuar con las nuevas exigencias educativas, buscar el qué del significado más interno de las competencias y replantear la práctica educativa en la cual nos estamos desempeñando, que nosotros como seres humanos estamos formados por un esquema conceptual, referencial y operativo que nos permite interactuar con la sociedad y al cual nosotros le damos el significado y matiz personal a nuestras acciones en la realidad.
Como lo hemos estudiado, el aprendizaje lo construye el alumno en su realidad, las unidades cognitivas que él posee permiten interactuar con su entorno, y él es el único responsable de su aprendizaje, unos aprenden lento otros más rápido y mejor. Sin embargo el aprendizaje en toda la extensión de la palabra cuando lo asimila y acomoda el alumno en su estructura cognitiva, él es quien que le da el significado. Entonces es importante replantear nuestra pregunta, ¿se puede observar?, ¿se puede medir?, ¿el aprendizaje?, Sí, el hecho es de que, cuando nos concretamos en nuestra función académica a trabajar con programas curriculares, a partir de ahí analizamos el modelo académico de la institución, su intención, el enfoque, tanto disciplinario como didáctico, temas, subtemas, objetivos, contenidos, la propia evaluación, tanto formativa como sumativa, comprendemos que sí es importante revalorar este concepto y ponerlo en el lugar que le corresponde al articularlo con el desarrollo de las competencias, darle un peso que sea significativo equilibrado con los otros conceptos( como lo menciona Xavier Vargas), articularlos, relacionarlos y darles la jerarquización que se merecen en el contexto educativo, movilizar todo ese conocimiento para interactuar con las nuevas exigencias educativas, buscar el qué del significado más interno de las competencias y replantear la práctica educativa en la cual nos estamos desempeñando, que nosotros como seres humanos estamos formados por un esquema conceptual, referencial y operativo que nos permite interactuar con la sociedad y al cual nosotros le damos el significado y matiz personal a nuestras acciones en la realidad.
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